La jornada intensiva de trabajo

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Ventajas e inconvenientes de la jornada intensiva de trabajo. ¿Puede reclamarla el trabajador o imponerla la empresa?

Jornada intensiva y jornada partida

la jornada intensiva de trabajo

Actualizado: 07/06/2022

La “jornada intensiva” o jornada continua no es más que realizar la jornada laboral sin una pausa que rompa el tiempo de trabajo, es decir, se realiza toda la jornada del tirón. Únicamente con los descansos que son obligatorios por ley (15 minutos si se trabaja más de 6 horas) y ese tiempo de descanso se considera tiempo efectivo de trabajo.

La “jornada intensiva” viene a ser lo contrario de la “jornada partida”.  Si un trabajador tiene 8 horas diarias de jornada, las puede hacer de varias maneras:

  • En jornada partida:  trabajando de 9 a 14 y de 16 a 19 h., con un espacio intermedio de dos horas para comer, o bien
  • Trabajar en jornada intensiva o continua:   de 7.30 horas a 15.30 horas, con un breve descanso de 15 minutos.

La jornada intensiva puede tenerse todo el año, o solo durante unos meses o periodos. Dependerá de la distribución del trabajo que haga la empresa, y de cómo se regule en el propio contrato de trabajo y en el Convenio Colectivo.

Para conocer cómo se aplica en su empresa la jornada intensiva de trabajo es imprescindible consultar el convenio colectivo que se esté aplicando, ya que es en esta norma donde se regula este derecho y sus obligaciones


¿Dónde puedo buscar mi Convenio Colectivo?



La jornada especial de verano

Muchos Convenios Colectivos establecen que durante los meses de verano se tendrá una jornada intensiva, cuya duración dependerá de cada caso: algunos establecen que será de 1 de junio al 30 de septiembre, otros de 15 de junio al 15 de septiembre, otros solo los meses de julio y agosto, otros solo agosto, etc.

En algunas ocasiones con este horario de verano se trabajan menos horas, en vez de las 8 diarias, ya que se tiene una distribución irregular de la jornada. De esta forma, durante el resto del año se trabaja un poco más de las 8 horas diarias, para poder trabajar menos en verano y que al final del año, en cómputo medio, se haya trabajado 8 horas al día.

Ejemplo: María trabaja normalmente de 9 a 14 y de 15 a 18.30, por lo que todos los días trabaja 8,5 horas. Pero en verano María solo trabaja de 9 a 15, es decir 6 horas al día. La media hora trabajada de más durante todo el año, compensa las 2 horas de menos que trabaja en verano.

 

Jornada intensiva los viernes

En ocasiones la jornada intensiva es únicamente un día a la semana, los viernes.

Es decir de lunes a jueves se trabaja mañana y tarde, y los viernes por ejemplo solo por las mañanas. Es otro ejemplo de una distribución irregular de la jornada, donde de lunes a jueves se suele trabajar un poco más de las 8 horas, para que al final de la semana se haya, trabajado las 40 horas.

¿Cómo se si tengo derecho a la jornada intensiva?

Habrá que ver si el Convenio Colectivo, alguna normativa de la empresa o el propio contrato de trabajo reconocen este derecho al trabajador.
Además en ocasiones este derecho se puede reclamar si se puede probar que se ha venido disfrutando habitualmente años anteriores y de repente la empresa deja de reconocerlo.

¿Cuáles son las ventajas de la jornada intensiva?

La jornada intensiva puede tener varias ventajas para el trabajador:

  • Permite conciliar mejor la vida profesional con la vida personal o familiar. Al dedicarle menos tiempo a trabajar o estar en el ámbito del trabajo, se tiene más tiempo para el ocio, la familia, la casa, descansar, etc. No es lo mismo acabar de trabajar a las 15.30 y tener toda la tarde libre por delante, que acabar de trabajar a las 20 y prácticamente tener solo 12 horas por delante hasta volver a trabajar.
  • Ahorro de costes para el trabajador. Al no tener tiempo para comer en el trabajo, el trabajador puede ahorrar el gasto de la comida fuera de casa, o no tiene la necesidad de llevarse al trabajo comida.

También para las empresas puede suponer igualmente una serie de beneficios:

  • Un trabajador que pueda conciliar su vida laboral y familiar estará más motivado y puede incluso mejorar su productividad, y según han revelado algunos estudios, reducir también el absentismo.
  • Para algunas empresas puede suponer un ahorro de costes en suministros, ya que cuanto menos tiempo estén los trabajadores en el centro de trabajo, menos tiempo tendrá que estar encendida la luz, la calefacción o el aire acondicionado, ordenadores, maquinaria, etc.
  • Finalmente, la jornada intensiva puede suponer también una ventaja para la economía en general. Ya que al tener más tiempo libre el trabajador, es posible que tenga más tiempo para actividades de ocio, para ir de compras, para apuntarse a cursos, al gimnasio, etc. Todo esto supone una reactivación de la economía, algo que no sucede cuando el trabajador no dispone de tiempo libre por el presentismo que le obliga a permanecer demasiadas horas en el puesto de trabajo, aunque ello no suponga un incremento real de la productividad.

Desventajas de la jornada intensiva

Obviamente la jornada intensiva puede tener también algunos inconvenientes o riesgos, si no está bien gestionada.

El trabajador tendrá un ritmo más intenso de trabajo, al reducirse las pausas de descanso y en determinado tipo de trabajos los quince minutos mínimos pueden no ser suficientes.

Si se trabaja con otras empresas, proveedores o clientes que no tienen jornada intensiva muchas veces es necesario trabajar fuera del horario y se terminan realizando horas extra que no siempre son retribuidas. Por ejemplo, en tiendas cuyo horario al público depende de la afluencia de clientes es difícil tener trabajadores con jornada intensiva.

En la actualidad los consumidores demandan cada vez horarios de atención y servicio más amplios, por lo que no en todas las empresas se puede implantar la jornada intensiva si no se dispone de varios turnos de trabajo.

Necesidad de una racionalización de los horarios de trabajo

Como opinión personal, considero que debe de hacerse una reflexión general sobre los horarios de trabajo en España y plantear una racionalización de los mismos.

No tiene mucho sentido que un trabajador dedique todo el día a trabajar, cuando luego de trabajo efectivo realiza solo 8 horas. Un trabajador que trabaja de 9 a 14 y de 15 a 19, siendo un horario bastante extendido sobre todo oficinas, sumándole los tiempos de desplazamiento hasta el trabajo, acaba dedicándole prácticamente todo el día a trabajar.

Es necesario una optimización del trabajo. Acabar con los conceptos de “calentar asiento” o “presencialismo”, que tienen tanto algunos los trabajadores, que piensan que les pagan solo por estar ahí, como de las empresa que consideran que un trabajador es peor por estar menos horas en el trabajo. Se tiene que premiar la eficacia, no la presencia. Pero el cambio tiene que ser general, un cambio en la mentalidad de los horarios de trabajo a nivel nacional.

 

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