Abandonar un proyecto es una de las decisiones más difíciles para cualquier emprendedor, pero a veces no hay que demorarla.
Nueve indicios de que debemos pensar en abandonar un proyecto
Vivimos en una época en la que el 90% de las empresas cierran antes de los 2 años de vida. Podemos decir que hay un alto porcentaje de que un emprendedor tenga que echar el cierre.
La diferencia entre abandonar un proyecto en el momento oportuno o hacerlo demasiado tarde puede suponer importantes pérdidas tanto de dinero como de tiempo. Por otro lado, por naturaleza tenemos miedo al fracaso. Debido a ello, si asociamos abandonar un proyecto con fracaso todavía será más difícil tomar esta decisión.
1. Falta de motivación
La motivación fue lo que nos hizo comenzar el negocio y la gasolina que hace que siga funcionando. Si detectamos que estamos perdiendo pasión por nuestro proyecto tenemos dos opciones, revivir esa llama inicial o dejar el proyecto.
En la vida de un proyecto es lógico pasar por momentos en los que no tenemos ganas de seguir con él. La mayoría de las veces se quedarán en eso, en momentos tras los que volveremos a sentir esa motivación para seguir trabajando en nuestro negocio. Pero si vemos que no es así, que llevamos un tiempo considerable sin estar motivados, puede que no tenga sentido seguir engañándonos y que dejarlo sea la mejor opción.
2. La falta de caja puede derivar en quiebra
Si nuestro negocio no consigue hacer frente a los costes gracias a los ingresos que genera, nos veremos obligados a invertir más y más dinero en él. Es importante que esa inversión vaya disminuyendo, ya que será síntoma de que el modelo va funcionando y creciendo. Si, por el contrario, aumenta, tendremos un problema y deberíamos plantearnos abandonar el proyecto antes de llegar a la quiebra.
Llegar a este punto supondría confrontaciones. Los trabajadores, proveedores, clientes…, querrán cobrar o recibir lo que pagaron en su día. Tenemos que evitar esta situación por todos los medios.
3. Falta de capital
Tanto si lo creamos con fondos propios como si fue mediante rondas de financiación externas, el capital de nuestro negocio es el reloj que marca la cuenta atrás para cerrarlo si no logramos que sea rentable antes de que este llegue a cero.
4. Incompatibilidades entre los socios
Si hemos constituido una sociedad y tenemos socios, las decisiones ya no están solo en nuestra mano, sino que tendremos que acordarlas con el resto. En ocasiones, los socios no llegan a un acuerdo, lo que puede generar tensiones.
Llegado este punto, tendremos que preguntarnos si realmente estamos dispuestos a tener esta relación en nuestra empresa. Sería una pena tener un proyecto viable y tener que dejarlo por malentendidos con los socios. Por eso, lo primero que deberíamos hacer es elegirlos bien, no solo por sus habilidades sino también por su actitud, y redactar un pacto de socios desde el principio.
En caso de que la situación sea insostenible, siempre podemos abandonar la empresa y vender nuestra parte de la misma.
5. Nuevas oportunidades o mejores alternativas
Otro síntoma de que es el momento de abandonar el proyecto es que nos surjan nuevas oportunidades que no podamos compaginar con él. En este caso tendremos que valorar estas alternativas y decidir qué queremos hacer.
6. Cambios en el mercado
Puede que nuestro negocio funcione y de un día para otro deje de hacerlo. Es posible que el motivo sea algún cambio en el mercado (nueva competencia, cambio de las necesidades de los clientes, nuevas soluciones…).
Aquí podemos aplicar el dicho “adaptarse o morir”. No siempre podremos adaptarnos y hay veces que nos puede tocar elegir la otra opción.
7. Falta de escalabilidad
Este indicador está enfocado a startups. El objetivo de las mismas es crecer lo máximo posible en el mínimo periodo de tiempo y conseguir un modelo de negocio en el que los costes no aumenten de forma proporcional a los ingresos.
Si nuestro proyecto es una startup y hemos comprobado que no es escalable, tendremos que decidir si queremos seguir emprendiendo en un proyecto con el techo bajo o no.
8. ¿El proyecto ha tenido algún éxito?
Un proyecto no puede pasar del fracaso total al éxito total. Por ello, si no hemos logrado ningún éxito en un periodo de tiempo considerable, puede que la mejor opción sea dejarlo de lado.
9. Supuestos recogidos en la Ley que obligan al cierre
Es conveniente tener presente los supuestos establecidos en los propios estatutos y en la Ley de Sociedades de Capital. Esta ley regula los casos en los que será necesaria la disolución de una sociedad, ya sea por la imposibilidad de conseguir el fin social, por el transcurso de la duración fijada o cualquier otra causa recogida en los estatutos o la ley.
Otras recomendaciones a tener en cuenta al cerrar un negocio
Si hemos detectado que es el momento de echar el cierre, hay dos cosas que no podemos olvidar:
- Cerrar un negocio cuesta dinero.
- No esperar a quedarnos sin dinero en caja para hacerlo.
Dicho esto, deberemos tener en cuenta diversos aspectos de nuestro negocio para cerrarlo de la mejor manera posible.
Abandonar un proyecto no solo supone seguir los trámites mencionados anteriormente. La forma en que lo hagamos podría influir en nuestra reputación profesional, lo cual es importante para seguir emprendiendo en un futuro. Por otro lado, puede haber terceros (clientes, proveedores, empleados…) damnificados por el cierre:
- Clientes: es posible que existan clientes que todavía no hayan recibido nuestro producto o utilizado nuestro servicio y ya hayan pagado por él. En este caso debemos buscar la mejor forma de compensarlos, ya sea devolviendo su dinero si nos es posible, o entregándoles el producto o servicio antes de cerrar definitivamente. También deberíamos avisarles del cierre para que sepan que no podrán contar con nuestros servicios/productos de ahora en adelante.
- Proveedores: dejando aparte los puntos obvios, como cancelar todos los pedidos. No está de más avisar a los proveedores con quienes trabajamos con el fin de que no cuenten con los ingresos que obtenían de nuestra actividad económica.
- Empleados: aparte de lo que dicta la ley sobre la antelación con la que avisar un despido (15 días), por razones morales, deberíamos mantener a nuestro equipo informado de la situación de la empresa. Puede que haya familias que dependan de nosotros y cuanto antes lo sepan, antes pueden encontrar un nuevo empleo.
Conclusión
Si la falta de viabilidad económica, motivación o adaptación al mercado persiste, abandona el proyecto. Evitarás mayores pérdidas y podrás enfocarte en nuevas oportunidades.
¿Y tú, has tenido que abandonar algún proyecto? Nos encantaría escuchar tu historia. Comenta este artículo y comparte tus aprendizajes con la comunidad.
Otros artículos relacionados
Tres consejos imprescindibles, 3, antes de emprender
Redactora especialista en Empleo y Tecnologías de la Comunicación