El debate sobre la renta básica universal

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El próximo 5 de junio Suiza votará en referéndum si se aprueba una renta mínima garantizada de 2.250 euros para todos sus ciudadanos.

¿Es posible una renta básica universal? ¿Cómo está este debate en España?

 

01/06/2016
 
Según la asociación sin ánimo de lucro Red Renta Básica, se define como “un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva”. Según algunos estudios que aporta esta asociación, la renta básica universal sería económicamente viable.
 
El propio concepto de renta básica no es único, pues hay matices. Hemos visto que en la anterior definición esta renta se facilitaría por igual a todos los ciudadanos, tengan o no ingresos propios, y sería una garantía de tener cubiertas las necesidades vitales.  Sin embargo,  otro concepto de renta básica más extendido es aquel que únicamente la contempla para quienes carezcan de ingresos suficientes.
 
Algunos partidos políticos están a favor de que el Gobierno establezca este tipo de ingreso, sin que haya que realizar pero ello ningún tipo de contribución a la sociedad, para garantizar una especie de salario mínimo a todos los ciudadanos.
 
En Europa, encontramos propuestas que van encaminadas a crear una renta mínima garantizada:
 
El exministro de Economía griego, Yanis Varoufakis, ha explicado en entrevistas concedidas a The Economist y al periódico suizo Tages Anzeiger, que reproduce en inglés fastcoexist.com, su creencia en la renta básica como medida para solucionar los problemas de la sociedad actual: En The Economist,  el exministro considera que debe ser algo esencial y la manera de estabilizar la sociedad; mientras que en la entrevista al medio suizo va más allá y califica esta renta de una necesidad, ya que el avance de las nuevas tecnologías y la automatización creciente hará que desaparezcan puestos de trabajo. Además, los robots no compran productos, es decir, no gastan, por lo que será necesario un ingreso mínimo que estabilice la situación.
 
En Finlandia, el Gobierno está estudiando la posibilidad de implantar una renta mínima de 550 euros, a partir de 2017, que sería una especie de ayuda social para cubrir los gastos mínimos, como informa el diario británico Independent.
 
Por otro lado, Suiza llevará a cabo un referéndum el próximo 5 de junio en el que los ciudadanos deberán votar si quieren que haya una renta básica universal de 2.200 euros al mes para todos sus ciudadanos.
 
Nota de redacción actualizada: finalmente el referéndum en Suiza tuvo un resultado negativo y no se aprobó la renta básica.
 
Islandia, como señala Enrique Dans en el análisis que hace en su blog, podría introducir esta renta si gana las elecciones el Partido Pirata, que defiende la idea y va primero en las encuestas de voto. Otros países, fuera de las fronteras europeas también estudian y se plantean proyectos relacionados con la introducción de una renta básica, como Canadá.
 
Frente a estas propuestas hay economistas que no consideran que la renta básica universal sea una estrategia, como Juan Ramón Rallo, quien de hecho publicó en 2015 un ensayo sobre este tema: Contra la Renta Básica, defendiendo la tesis de que la solidaridad no debe ser impuesta.

 

¿Hay algunas propuestas en España?

 
Los sindicatos CC.OO y UGT creen en la necesidad de implantar este tipo de renta mínima para las personas que no tienen ingresos ni reciben prestaciones de desempleo ni ayudas sociales. De hecho, han puesto en marcha una iniciativa legislativa popular para la creación de una Renta Mínima de Ingresos.
 
Tres de los partidos políticos más votados en los pasados comicios, que se presentan a las próximas elecciones del 26 de junio, PSOE (Partido Socialista Obrero Español), Podemos (que se presenta junto a IU – Izquierda Unida) y C’s (Ciudadanos) están a favor, en mayor o menor medida, y con matices, de una renta básica universal; mientras que el PP (Partido Popular) en su programa sobre empleo o en el apartado dedicado a la campaña electoral, centra sus objetivos en la recuperación económica y la creación de empleo.
 
El PSOE anuncia su programa electoral en su página web y en la sección “Propuestas” de la misma, habla de “ingreso mínimo vital”, que se articularía en coordinación con el Subsidio por Desempleo: “Consiste en la creación de una prestación nueva dirigida a los hogares sin ingresos y en situación de necesidad, sea cual sea la causa, como Prestación No Contributiva de la Seguridad Social, similar a las Pensiones No Contributivas. […]”.
 
Podemos e IU, aunque se presentan con los mismos programas electorales que en la anterior cita con las urnas del 20 de diciembre de 2015, han elaborado un “documento programático común”.
 
Dentro del punto “Democracia social” de este documento se encuentra una mención a la renta básica: “Renta Garantizada: se creará un programa de renta garantizada que complemente los ingresos del hogar para todas las familias que se encuentren por debajo del umbral de la pobreza monetaria, mediante el cobro de una renta complementaria que cubra la diferencia entre los ingresos existentes y el umbral de renta que se establezca. La cuantía inicial será de 600 euros mensuales para las unidades de convivencia de un solo miembro, y aumentará progresivamente en función del número de miembros (35% adicional para el segundo miembro, y 20% por cada uno de los siguientes) hasta un máximo de 1.290 euros”.
 
El partido político Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía,  en la sección de Economía y Empleo de  “Nuestro proyecto” habla de ‘Complemento Salarial Anual Garantizado’: Tendrán derecho a percibirlo aquellos que hayan obtenido rentas salariales sin llegar a alcanzar una cuantía mínima anual. Los objetivos son luchar contra la desigualdad y fomentar la remuneración digna del empleo a la vez que el afloramiento de economía sumergida”.

 

El actual sistema español de rentas de integración no es suficiente

 
En España coexisten actualmente varios sistemas de rentas de inserción o integración de carácter asistencial.  Por un lado está una ayuda estatal, la Renta Activa de Inserción (RAI), que va destinada a desempleados de larga duración mayores de 45 años, desempleados con discapacidad, víctimas de violencia de género o emigrantes retornados que tengan, todos ellos, carencia de rentas.  Es una ayuda de 426 euros al mes, limitada en el tiempo y con unos requisitos estrictos para su concesión.  Mensualmente la reciben unas 230.000 personas.
 
Las Comunidades Autónomas, a través de sus servicios sociales, también tienen su propio sistema de rentas de inserción o integración, que se conocen como “los salarios sociales”.  En cada comunidad los requisitos y cuantía de la ayuda son diferentes, pero en todas ellas se ha comprobado que existen problemas de financiación para poder atender todas las solicitudes reciben, por lo que muchas personas sin recursos quedan desprotegidas.
 
La plataforma del tercer sector, que agrupa a entidades como Cáritas, Cruz Roja, Once o el Cermi, realizó un decálogo de propuestas en materia social para las elecciones generales.  En  una de ellas instaba a los partidos políticos a “la elaboración de una Ley Estatal de Rentas Mínimas Garantizadas, que reconozca el acceso a esta prestación como derecho subjetivo de la ciudadanía para permitir alcanzar la inclusión social. Esta Ley deberá ser complementada por la mejora y racionalización de las actuales leyes autonómicas para que permitan un nivel de vida digno.”
 


Este artículo se publica simplificado, con carácter meramente informativo para el ciudadano y no tiene valor jurídico. Queda excluida cualquier responsabilidad o garantía por su vigencia, exactitud o integridad. Si necesita asesoramiento para un caso concreto, puede solicitar un dictamen jurídico a nuestros expertos a través de la sección de comentarios.


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